31 octubre, 2019

La glorificación del cristiano

Unas necesarias palabras de John Murray en La redención consumada y aplicada (O “El plan de salvación”, en español):

Esta herejía* ha aparecido también de manera muy sutil en relación con el tema de la glorificación. La dirección que ha tomado en este caso ha sido tocar la cuerda de la inmortalidad del alma. Esto aparenta ser un énfasis muy inocente y apropiado, y naturalmente, hay algo de cierto en la declaración de que el alma es inmortal. Pero cada vez que el centro de atención y el énfasis pasa a la inmortalidad del alma, entonces se produce una grave desviación de la doctrina bíblica de la vida y gloria inmortal.

La doctrina bíblica de la «inmortalidad», si podemos emplear este término, es la doctrina de la glorificación. Y la glorificación es resurrección. No existe glorificación sin la resurrección del cuerpo del sepulcro y la restauración de la naturaleza humana a su integridad, de acuerdo al modelo de la resurrección de Cristo al tercer día, y según la semejanza de la naturaleza humana glorificada en la que aparecerá en las nubes del cielo en gran poder y gloria.

No existe glorificación sin la resurrección del cuerpo del sepulcro y la restauración de la naturaleza humana a su integridad, de acuerdo al modelo de la resurrección de Cristo al tercer día
No es el vago sentimentalismo e idealismo tan característico de aquellos cuyo interés es simplemente la inmortalidad del alma. En contra de esto se manifiesta la naturaleza concreta y real de la esperanza cristiana, personificada en la resurrección para vida eterna y señalada por el descenso que Cristo realizará del cielo con voz de arcángel y la trompeta de Dios. * Murray habla de la idea pagana y dualista, la cual considera la materia, esto es, la sustancia material, como la fuente del mal.