13 enero, 2023

Este también fue mi último mundial

 

"Este será seguramente su último mundial", "X anuncia su retiro de la selección". Con frases similares a estas, cada cierto tiempo algún jugador emblemático da a entender que la hora para decir adiós al jugar profesionalmente ha llegado, y también me ha llegado a mí.

Tuve que esperar para dar esta noticia. Con la algarabía de la última final (y desazón por el papel de Brasil), el retiro del "Capi", la muerte de Pelé... el que alguien como yo diga que este mundial fue su último, sería siempre intrascendente. En fin, ¿quién soy yo en el mundo de este deporte si nunca jugué a nivel profesional, y mucho menos fui convocado para la Selección? ¿de qué me retiro?

Me gusta el fútbol. Y como padre de dos hijos esperaba el día que también les gustara para poder jugar con ellos y aunque en ocasiones lo hacían, no era algo que realmente les interasa tanto hasta que ya en la escuela y con compañeros más futboleros, fue mi consejo para ellos que sí querían hacer algo en los recreos, debían animarse a participar más en esos partidos con ellos. Las suelas despegadas de los zapatos eran evidencia que sí estaban siguiendo mi consejo.

Aunque poco me imaginaba lo que vendría con el Mundial de Catar 2022, al punto en ocasiones de pedirles que ya dejaran de hablarme de los colores de un equipo, o si tal juega en tal otro lado y cuántas copas tiene este país o el otro... incluso uno de ellos se entristeció hasta las lágrimas cuando supo que este fue el último mundial para Cristiano, luego que Portugal fue elimanada por Marruecos. Sí, "la fiebre del mundial" es un término acertado. Nunca pensé ser testigo de esto cuando unos pocos meses atrás apenas si sabían las reglas básicas del juego.

 ¿Por qué entonces es este mi último mundial? Porque finalmente, luego de haber visto varios mundiales a jugadores mayores que yo, en este, salvo una o unas muy pocas excepciones, todos los jugadores nacidos alrededor de mi año de nacimiento, ya no estarán en el siguiente mundial del 2026. Sí, ni Modric, ni Cristiano, y muy posiblementeni Messi (ya con título en mano) estarán ahí... y como yo, les tocará verlo como un espectador más, si estamos con vida para entonces, claro está. No importa cuán diligentes sean en su rutina de ejercicio, cuánto se cuiden con la alimentación, sencillamente, el ritmo de competición contra jóvenes con casi la mitad de sus años es tal que no les alcanzará, por más talentosos y disciplinados que sean. 

 Por supuesto, para muchos de mi generación, ese sueño de haber jugado un mundial fue uno al que tuvieron que renunciar hace mucho, porque la carrera en este deporte inicia mucho antes, y ya para cuando se han alcanzado la mayoría de edad, difícilmente se puede incursionar si ya no se fue parte de una liga menor y parte de las fuerzas básicas de algún club. Lo de mi retiro es solo una forma de ver que cualquier esperanza que alguien de mi edad hubiera tenido de tal oportunidad, claramente ya se ha disipado. Pero si rondar los cuarenta nos parece muy temprano para ser una edad de retiro, ni se diga de lo que pasa en muchas otras disciplinas. Usain Bolt se retiró con treinta años, Phelps con veintisiete. De hecho, en promedio, la edad de los atletas en su apogeo es a la mitad entre sus veinte y sus treinta (26 para los hombres, 25 para las mujeres en Río 2014) y esto, solo porque algunas disciplinas se permiten unos pocos mayores de treinta, en gimnasia, los promedios son tan bajos como los veinte o incluso dieciocho años. ¿Qué hace uno retirado a esa edad? Para unos cuantos, los éxitos alcanzados les permitirá vivir de sus frutos y mantenerse en el campo aunque ya no a nivel de competición, pero como formadores de futuros deportistas, sus propios programas de ejercicio, etc. 

Pero mi punto con todo esto, es que tarde o temprano, tuvieron que poner fin a su carrera. Y usted y yo, eventualmente también tendremos que hacerlo, porque el tiempo avanza, envejecemos, y moriremos. 

Mi estimado pastor Henning compartió una vez una ilustración acerca de ver la vida como un reloj convencional de doce horas. Si, en general, vivimos entre setenta y ochenta años, él estaba en ese entonces, nos dijo, como entre diez y once de la mañana, acercándose más al mediodía. No obstante, él falleció a los 45 años. En realidad, aquel día que compartió esa analogía él estaba más cerca de la medianoche, que del mediodía. 

Algunos de los que lean estas palabras todavía estarán, según los estándares olímpicos, en su edad de apogeo, otros más, ya hemos sido retirados, y unos, más bien, ya ven de reojo la edad para pensionarse, quizás sí, pero quizás no. Puede ser que Catar 2022 no solo haya sido mi último mundial por mi edad, sino porque no esté con vida para el otro. Mientras la mayoría de mi generación estamos todavía en "la hora del almuerzo", puede ser que en lugar de entrar al atardecer, más bien ya esté bien entrada la noche y las manecillas del reloj cerca de dar las doce. Esto no es ser trágico ni pesimista, es reconocer nuestra mortalidad, que nuestra vida es como la neblina, o como lo dice la LBLA, un vapor...  

Oíd ahora, los que decís: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia. Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Solo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Más bien, debierais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestra arrogancia; toda jactancia semejante es mala. Santiago 4.13-16

Y así se va nuestra vida.



Sí, aquel joven Pelé como sus logros son ahora un recuerdo. Nuestra juventud y fuerzas pasarán, como lo expresan las letras del himno Glorioso Cristo:

Bellas las flores,
Bello es el hombre
En su lozana juventud;
Mas su belleza
Pronto perece,
Solo es eterna en Jesús.

O como siglos atrás ya proclamara el profeta Isaías:

Una voz dijo: Clama.
Entonces él respondió: ¿Qué he de clamar?
Toda carne es hierba, y todo su esplendor es como flor del campo.
Sécase la hierba, marchítase la flor
cuando el aliento del Señor sopla sobre ella;
en verdad el pueblo es hierba.
Sécase la hierba, marchítase la flor,
mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. Isaías 40.6-8

Estimado lector, usted y yo nos marchitaremos, como mucho, seremos recordados por nuestros hijos y nietos, y una que otra persona que se encuentre con algún vestigio digital deambulando por Internet, pero Isaías no solo proclamó nuestra fragilidad, sino también cuán incomparable es Dios y mientras nosotros nos cansamos y flaqueamos, 

...los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40.31

Esto se cumple plenamente en Cristo, puesto que todo Aquel que crea en Él tiene vida eterna, vida que va más allá de lo que podamos experimentar ahora, con cuerpos glorificados, libres del pecado y la muerte. Crea en Él y viva con el mayor propósito que el ser humano puede tener: vivir para la gloria del Señor.