24 julio, 2020

Una perspectiva en medio de la crisis


Hechos 12 nos describe tres eventos principales: la muerte de Jacobo, la liberación de Pedro y la muerte de Herodes.

Herodes pensó que tenía el control al echar mano de Jacobo y de Pedro. Pero en realidad, fue la voluntad divina que permitió la muerte de Jacobo y la que permitió que Pedro fuera liberado y continuara por varios años más.

Pero luego, Hechos 12 nos relata algo interesante:

...Herodes estaba muy enojado con los de Tiro y de Sidón; pero ellos, de común acuerdo se presentaron ante él, y habiéndose ganado a Blasto, camarero del rey, pedían paz pues su territorio era abastecido por el del rey. 21 El día señalado, Herodes, vestido con ropa real, se sentó en la tribuna[a] y les arengaba. Y la gente gritaba: ¡Voz de un dios y no de un hombre es esta! Al instante un ángel del Señor lo hirió, por no haber dado la gloria a Dios; y murió comido de gusanos. Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba. Hechos 12.20-24

Comenta Kistemaker:

Durante algún tiempo, Herodes había estado enojado con la gente de Tiro y Sidón. Los habitantes de estas dos ciudades porteñas de Fenicia (el moderno Líbano) eran rivales de Cesarea en el mundo del comercio, pero para sus necesidades de grano dependían de las cosechas en Israel. Suponemos que Herodes había negado a los fenicios el acceso al mercado del grano israelita, haciendo de esta manera que vivieran una vida bastante difícil. En breve, Herodes aplicaba a los fenicios una guerra económica, pese a que por dos siglos éstos habían sido socios comerciales con Israel

En resumidas cuentas, las ciudades de Tiro y Sidón tenían un problema con Herodes y este, les estaba afectando económicamente. Para ello, recurrieron al soborno, y de este modo los embargos fueran quitados y sus puertos pudieran trabajar con normalidad.

Y esto le gustaba a Herodes, pensar que él tenía el poder, el control. Dio su discurso calculando bien muchas cosas: coincidiendo en una fecha en que muchos le escucharan, cuando las cosechas volvían y escogiendo, según otros detalles que tenemos a disposición, un traje que brillaría con fuerza con los primeros rayos del sol.

El pueblo estaba dispuesto a todo con el fin de obtener su favor. Le alabaron por sus palabras, y Herodes no les corrigió cuando llegaron a decir: ¡Voz de un dios y no de hombre!

Herodes Agripa murió.

Pero notemos el contraste: en medio de las dificultades económicas que Tiro y Sidón enfrentaban, en medio de la persecución que ya se vivía hacia los cristianos, Esteban ya había sido martirizado y ahora Jacobo también... la iglesia seguía en pie, la palabra del Señor crecía y se multiplicaba.

Hermanos y amigos, el control y el destino del mundo no está en los gobernantes y sus políticas económicas, en la espera de la aprobación de la ansiada vacuna. Está y siempre ha estado en manos de Dios, la Cabeza de la Iglesia, Cristo, es el Rey de reyes y Señor de señores.

¿Debemos ignorar las consecuencias económicas y no interesarnos en la política, economía y salud que muchos ya estamos padeciendo (tanto creyentes como incrédulos? No es eso lo que digo, sino que estos temas no pueden opacarnos la vista de lo que ocurre, del avance inevitable hacia la gran consumación de todas las cosas.

Al final, la victoria es para Dios y para los suyos. Sí, exigamos coherencia y honestidad en las decisiones y datos que dan los gobiernos, pero no clamemos a ellos como si fueran nuestros salvadores, nuestra esperanza no debe estar en ellos, sino en Aquel que escucha las oraciones de su pueblo (como justo lo hizo versos antes al sacar a Pedro de la cárcel).

No perdamos la perspectiva, veamos que la verdadera tragedia estuvo en otro lado, porque Jacobo pasó de la prisión a la presencia del Señor, pero Herodes de la gloria terrenal a la condenación eterna. El imperio romano ya fue, pero la iglesia sigue (y seguirá) en pie para la gloria de Dios.