En el último
post, "Palabras", plasmé un sentimiento que me embarga...carencia de ánimo y valor para tomar decisiones, no obstante el tiempo no se detiene... Como les compartía, no podemos hacer como en los juegos de video, guardar la partida, ver cómo nos va y si fuera necesario, simplemente regresamos al punto anterior sin mayores consecuencias para nuestro personaje del juego, con la excepción del tiempo que invertimos en ello, pero para nuestro Mario Bros, es como si el tiempo no hubiera pasado.
Somos contigentes, estamos a expensas de preguntarnos qué hubiera pasado si algo sucede o no sucede. De niño, cuando me contaban acerca de Sadrac, Mesac y Abed Nego o de Ester, quedaba con la impresión que eran super-héroes infalibles, que no albergaban la mínima duda.
Años después, esto me llamó la atención. Primero, en el caso de Ester:
Ve, y junta a todos los judíos que se hallan en Susán, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y así entraré al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca
En el caso de los amigos de Daniel:
He aquí nuestro Dios a quien servimos, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua de oro que has levantado.
"Y si perezco", "y si no" ¡Vaya!, no se puede acusar de falta de valor o de fe, porque en todo caso estaban dispuestos a dar sus vidas por sus convicciones, pero no son el diálogo típico de héroes inquebrantables, pero estaban conscientes de la otra opción, que no hubiera sido determinado ser liberados de sus respectivas pruebas.
Hay causas por las cuales vale la pena arriesgarse, ¿será que esas decisiones no tomadas -decidir no decidir- y cabe, por qué no, aquellas que sí tomamos, reflejan que realmente aquello no merece arriesgarse y preferimos una zona de comodidad?
Esto culmina por el momento, mis ideas respecto a la
contingencia (primera parte).
