19 diciembre, 2013

El papel de la predicación en la iglesia

Hemos visto, estudiando el libro de los Hechos, acerca de la esperanza de la iglesia y de los medios dados a ella. Ahora de estos medios, hay uno que destaca de forma particular y es la predicación.

¿Cómo vemos la supremacía de la predicación en el crecimiento de los otros medios? Lo vemos en lo siguiente: 1) La predicación es la marca del avivamiento, 2) La predicación es la exaltación de Jesús como Cristo y Señor, 3) la predicación es fructífera.

La predicación es la marca del avivamiento

Debemos anhelar y orar por avivamientos, pero hermanos y amigos, estos no están separados de la Palabra de Dios, antes de Pentecostés, ¿qué hacían los hermanos? Estar juntos, orar y meditar en la Palabra, lo sabemos porque Pedro de inmediato reconoce que lo que presencia es el cumplimiento de la profecía de Joel. Versos 14 al 21 [Hechos 2.14-21]. Hubo un perseverar en escudriñar antes, hubo un escudriñar durante y y hubo escudriñar como consecuencia del avivamiento.

¿Queremos reconocer un avivamiento? Lo que sea que acontezca tiene que estar en consonancia con el resto de la Biblia, debe estar en armonía con las doctrinas que Dios nos ha legado. Pueden venir multitudes y manifestaciones asombrosas, pero si lo que se predica en ese movimiento es ajeno a la revelación que ya tenemos, no es avivamiento.

La predicación es la marca del avivamiento. Esto queda en evidencia cuando vemos el sermón que acompaña a Pentecostés y que nos lleva al segundo punto.

La predicación es la exaltación de Jesús como Cristo y Señor

¿Qué es la predicación? La predicación es la exaltación de Jesús como Cristo y Señor. Me fascina esta porción, recordemos quién está predicando, es Pedro, el que negó a Jesús, pero ahora es instrumento para proclamar sin ningún remordimiento sobre su Redentor. ¡Oh que no cedamos a las artimañas del enemigo, si confesamos nuestros pecados, hay perdón! Pedro predica con autoridad no por ser intachable, predica con firmeza porque el Señor lo ha restaurado: Apacienta mis ovejas.

Al examinar el sermón de Pedro observamos lo siguiente respecto a esta predicación que exalta a Cristo:

  • Es la predicación que proclama a Jesús como el varón aprobado por Dios (Hechos 2.22)
  • Es la predicación que proclama la responsabilidad humana (Hechos 2.23)
  • Es la predicación que proclama la soberanía de Dios en la redención (Hechos 2.23-24)
  • Es la predicación que proclama la fidelidad de las Escrituras (Hechos 2.25-28)
  • Es la predicación que proclama la muerte y resurrección de Jesús (Hechos 2.29-32)
  • Es la predicación que proclama a Jesús como Señor (Hechos 2.33-36)

La predicación es fructífera

Finalmente, la predicación, tal como la hemos caracterizado, llevará fruto, pero estos frutos serán parte de nuestra siguiente entrada. Pero antes, hubo una reacción cuando este mensaje fue predicado, ellos preguntaron: ¿qué haremos?

Si dices conocer el Evangelio y nunca este te ha llevado a cuestionar que no puedes seguir tal cual, es probable que no lo hayas escuchado, es mi deseo que la principal marca de la obra del Espíritu Santo sea evidente entre nosotros: corazones arrepentidos que confían en Jesús como su única esperanza de salvación.

Parte de la serie:

  1. La esperanza de la iglesia
  2. Los medios para la iglesia