Peldaño

El martes hice lo que puede ser mi último examen en la maestría que estoy cursando. Restando un el desarrollo y exposición de un proyecto de investigación y así cumplir con los requisitos para graduarme. El día anterior al examen, tuve una entrevista para ser tomado en cuenta para una posición distinta a la que ejerzo actualmente. La conclusión fue: "Sabes el cómo pero le falta la práctica".

En la calle, en el ámbito laboral es lo que pesa. Los títulos están bien, pero se debe demostrar qué ha hecho uno. Y está bien.

El verdadero sinsabor queda en el hecho, que además, la maestría no ha sido lo que esperaba, y eso lo supe mucho antes de llegar a este punto, pero la inversión en tiempo y en dinero, daba más tinte de fracaso el dejar el estudio botado que el continuar, aunque al final, ese papel que diga máster no causará la satisfacción que la mayoría podría esperar por ese "logro".

Estoy sumamente agradecido con Dios la oportunidad de estudiar y llegar hasta donde he llegado, porque más que los conocimientos adquiridos, en el recorrido, varias personas, conversaciones y momentos, lo han valido. Pero en este momento, más que subir un peldaño, siento que subí el otro pie, para estar en el mismo escalón.