27 septiembre, 2011

Un cuento: Muerte (propiciada)



V


Muerte. Ha sido la intención llegar a ella desde que estos cuentos iniciaron. Porque lo he dicho, este lugar está consumiendo a sus habitantes.

La muerte de este blog llegará también, ¿cómo darse cuenta si fue que ya no hubo más intención de escribir o que simplemente ya no puedo hacerlo porque ya no estoy más?

Podría adelantar ese día tal y como lo hizo esa joven, aún niña dirían muchos.

Ese día, los gritos de desesperación alertaron a la alameda, ya nada se podía hacer aunque ella se aferraba a que la joven todavía volvería a la vida. ¿Por qué lo hizo? Rumores iban y venían, pero acaso alguno de ellos podría consolar a la madre que horas después haría aún más dramática la escena. No la dejaban entrar, la policía lo impedía, quería verla... tampoco quería vivir más...

Con todo, reflexiono en el mismo instante en el cual ya no hay marcha atrás, llenarse de valor o carecer de él, la decisión se toma. Este lugar parece invitar a seguir ese ejemplo, al fin y al cabo, cada día nos acercamos.

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