03 abril, 2020

Espiritualidad electrónica


Hoy finalizaba la lectura de Simplify Your Spiritual Life: Spiritual Disciplines for the Overwhelmed. El libro fue publicado en el 2003, es decir, mucho antes de la explosión de las redes sociales y de las transmisiones que vemos hoy tan normales que cualquiera con un teléfono puede hacerlo. El último capítulo fue casi profético para nuestros días, y quería compartir unos extractos:

Recientemente encontré un sitio web que se promocionó como una “iglesia en línea”. Afirmó que brindaba oportunidades de adoración y compañerismo, "al igual que una iglesia local". Tales “iglesias” se posicionan perfectamente para las tendencias actuales según la demografía estadounidense, ya que “aproximadamente el 16 por ciento de los adolescentes dicen que encontrarán un sustituto para las experiencias de la iglesia en línea en los próximos cinco años. La espiritualidad por Internet ya es la elección del 10 por ciento de los no cristianos y el 14 por ciento de los cristianos”

Pensemos primero en la adoración en línea. Si bien ver un servicio de adoración en la iglesia puede ser una bendición para aquellos que no pueden asistir, ver la adoración nunca puede reemplazar la experiencia de reunirse y participar con otros fieles. La adoración en línea produce observadores de adoración, no participantes. El espíritu de adoración en las Escrituras no es: “Miremos la adoración”, sino “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos” y “Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre” (Salmo 122.1; Salmo 34.3, énfasis añadido).

…La adoración congregacional de Dios sin la presencia de otros simplemente no es la misma experiencia. Además, la tentación de hacer otras cosas durante las partes más lentas del servicio o sermón, como consultar el correo electrónico… distrae al observador en línea de una manera que nunca se les ocurriría a aquellos inmersos en la reunión de adoración real.

Las bendiciones de la comunión cristiana tampoco pueden digitalizarse con éxito. Si bien podemos beneficiarnos de una especie de comunión con otros cristianos a través de Internet, el intercambio de nada más que palabras incorpóreas la convierte en una especie de media comunión. Le agradezco a Dios por la tecnología que me permite mantenerme en contacto tan fácilmente con otros creyentes que conozco en todo el mundo, pero ese no es todo el contacto cristiano que necesito.

El apóstol Juan, inspirado, escribió:

Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos (1 Juan 3.14a).

En otras palabras, una de las formas en que podemos asegurarnos de nuestra salvación es midiendo la fuerza de nuestro amor por nuestros hermanos y hermanas cristianos. Y como cualquier otro amor real, este amor no puede contentarse (sin importar cuántos correos electrónicos reciba -o mensajes de WhatsApp-) con solo amar a distancia digital. Cuando los hermanos y hermanas de su iglesia local se reúnen para adorar y compartir, el amor cristiano nos compele a estar con ellos. Porque hay algunos aspectos de la comunión cristiana que simplemente no puedes descargar (descargar = como si fuera bajar algo del Internet).

Pueden consultar el capítulo original acá: http://biblicalspirituality.org/wp-content/uploads/2013/01/Minimize-Electronic-Spirituality-Part-2.pdf

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