23 diciembre, 2010

Navidad



Sólo ha habido una Navidad... el resto son aniversarios. W.J. Cameron

Para mí sorpresa no escribí el año pasado acerca de la Navidad. Haciendo memoria, no estaba en la mejor disposición. Había tenido unas cuantas discusiones con quienes se empeñaban en denigrar el acontecimiento por el trasfondo pagano de la celebridad.

Al mismo tiempo, me hizo caer en cuenta que tampoco había razonado lo suficiente sobre muchos de los símbolos y tradiciones asociadas y simplemente los había aceptado sin más cuestionamiento.

Lo común en estos días, aparte del "Felices fiestas" y similares (para quienes quieren eliminar la connotación cristiana) es la de "no olvidemos el verdadero significado de la Navidad", pero que no suena más vacío que lo anterior, porque ese "nacer de Cristo en los corazones", está totalmente disociada de una vida acorde a quien celebran. Aparte esa última expresión no deja de ser perturbadora.

Finalmente, me han resultado particularmente útiles exposiciones acerca del principio regulativo y una serie de entradas por Sugel Michelén y las recomiendo:

Principio Regulativo y la Navidad

Algunos hechos objetivos y concretos con respecto a la Navidad

La designación del 25 de Diciembre encuentra su origen en el paganismo y no en el cristianismo bíblico

¿Celebrar o no celebrar? He ahí el dilema


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