28 marzo, 2020

¿Y qué más tiene que pasar?





¿Debemos esperar a muchos acudir en arrepentimiento y aglomerar las iglesias luego que pase esta pandemia y las medidas que impiden congregarnos?

Por un lado, es una oración válida y no hay duda que el Señor puede usar la aflicción con ese fin. Por otro lado, no debemos ignorar la dureza del corazón humano, que prefiere el pecado antes que humillarse ante Dios y volverse a Él. Tal, como lo expuso el profeta Amós:


Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová. También os detuve la lluvia tres meses antes de la siega... Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua, y no se saciaban; con todo, no os volvisteis a mí, dice Jehová. Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares; pero nunca os volvisteis a mí, dice Jehová. Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos, e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová. Os trastorné como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.

Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel. Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el viento, y anuncia al hombre su pensamiento; el que hace de las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Jehová Dios de los ejércitos es su nombre. Amós 4.6-13

Si ellos no se volvieron, habiendo pasado hambrunas, sequías, plagas, derrotas militares, y desastres que casi acaban con ellos, ¿por qué usted sí haría diferente? ¿Por qué cree que a usted sí las tristezas y castigos de esta vida le mostrarán que solo hay uno en el cual refugiarse? No, usted no está en potestad plena de su futuro, usted no puede asegurar que cumplirá con su palabra que “un día sí buscará a Dios”. El pecado solo seguirá endureciéndolo y corre el peligro de creer que puede compensar delante de Dios por estar aquí cada domingo escuchando un sermón y cumpliendo con ciertos deberes que se esperan de un creyente.

Escribió John Owen:

el pecado tiende a endurecer, y cada lujuria buscará progresar hacia ello. Tú que eras tierno, y acostumbrabas derretirte bajo la Palabra y bajo las aflicciones, te harás, como algunos han dicho, a prueba de sermones y a prueba de la enfermedad.

¿Se ha hecho usted a prueba de sermones, a prueba de castigos, ya da igual lo que le pase o deje de pasar en su vida? ¿Está preparado para que Dios venga a su encuentro? Porque, así como anunció ese juicio final para Israel, queda el juicio final a todas las naciones. El Dios de justicia actuará justamente, y pagará por sus pecados. Si ha ignorado cada trato de Dios en esta vida, ya no habrá oportunidad cuando deba presentarse ante el Juez de toda la tierra.

De algunos se dirá: Os envié pandemias, os quedasteis sin trabajo, sin salud por un tiempo, y nunca os volvisteis a mí.

¿Qué esperanza hay para los transgresores de la ley? Únicamente Cristo, pero si nada de los eventos presentes le hace considerar sus caminos, nada lo hará, clame hoy por un nuevo corazón.


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