31 diciembre, 2009

Por tan poco...



Refiriéndose al libro del Tesoro de David de Charles Spurgeon, me contaron una historia similar a la que venía ahí. Se trataba de uno que se iba a lanzar de un puente. Un pordiosero lo vio y le pidió que por favor le dejara la ropa. El hombre pensó, "Está bien, total ya no la voy a necesitar." Por ende le dio sus pertenencias. El pordiosero lo miró con tales ojos de agradecimiento, "Gracias señor, muchas gracias, ya no tendré más frío". El hombre desistió de la idea de lanzarse después de ver tal muestra de gratitud y felicidad en el rostro de ese mendigo. "Valía la penar seguir viviendo para ver esos ojos llenos de agradecimiento en otras personas...", dijo para sí.

Por otro lado, esta es relato original de Spurgeon, citando a Thomas Chalmers:

Nota: La referencia de "ir al río", debe entenderse como un intento de suicidio por parte del personaje.

Un noble piamontés a quien conocí en Turín me contó la siguiente historia: 'Yo estaba cansado de la vida, y después de un día espantoso, que ni quiero recordar, salí corriendo a la calle en dirección al río, cuando de repente me dieron un tirón de la capa; me volví y vi a un niño pequeño que la había agarrado y ansiosamente procuraba llamar mi atención. Su mirada y su actitud eran irresistibles. También lo fue la lección que aprendí: "Somos seis hermanos y nos
estamos muriendo de hambre."

>>"¿Por qué no he de aliviar a estos desgraciados?" -pensé-. "Tengo los medios, y no tardaré más que unos minutos. Pero es igual si tardo más." La escena de miseria a la que me condujo era indescriptible. Les tiré la bolsa, y su explosión de gratitud me dejó anonadado. Llenó mis ojos de lágrimas, fue un bálsamo para mi corazón. "Volveré mañana" -les grité.- "¡Necio, y tú pensabas dejar un mundo donde se pueden tener satisfacciones de este tipo por tan poco!">>

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